domingo, 26 de diciembre de 2010

Cuando fuimos Campeones


Qué mejor momento que elegir el día de Navidad para recordar en familia aquel 11 de julio, mágico e inolvidable. El Informe Robinson sobre el Mundial de Sudáfrica, fue sublime. Uno de los mejores programas de televisión en su género que recuerdo en los últimos años. Un programa donde los protagonistas son protagonistas, ellos, sus historias, las imágenes de la gloria o del fracaso, la facilidad de ofrecernos esos sentimientos de los deportistas, y esa cada vez más complicada labor que es contar historias y que José Larraza sabe hacer como nadie.
  
     El programa realiza una cuidada selección de imágenes, capaces de apelar a los sentimientos del telespectador, y cuidada música que también los evoca, y por último un clima casi de confesión con los protagonistas con un fondo negro que resalta el verdadero valor de la historia que se narra.

  Después de sorprenderme, emocionarme, y descubrir a personajes de la talla de Guti, Isidre Esteve, Valdés, Bezhabe, o Mourinho, los profesionales de Informe Robinson han vuelto a superarse. Era fácil transmitir esa emoción si tenemos en cuenta que aquel verano de este 2010 que llega a su fin, todos lloramos, sufrimos y nos emocionamos. Por unos días, lucíamos sin complejos la bandera de un país que vive acomplejado, por unos días olvidábamos los problemas políticos y económicos que nos acechan, y por unos días, el deporte, y el fútbol volvió a unir un país que parecía resquebrajado, como ya un día, paradojas del destino, lo consiguió el Rugby en aquel rincón donde fuimos campeones, Sudáfrica.

 El equipo de Informe Robinson, desgranó paso a paso, sentimiento a sentimiento,partido y partido las claves de esa conquista mundial que nos hizo felices, y que nos corresponde por méritos propios durante los próximos 4 años. Pequeños detalles desconocidos, que permiten engrasar una máquina de 23 futbolistas para que funcione a la perfección. Quizás la primera clave es que son un grupo de amigos que llevaban el fútbol en la sangre, y que son capaces de convivir 50 días sin un sólo problema, como bien reconoció el propio Pepe Reina.

   El programa, nos permitió conocer lo importante que fue el fisio de la selección para Andrés Iniesta, que llegaba casi anímicamente hundido, con la duda de sus lesiones musculares al Mundial y que acabó siendo el artífice de ese gol de la final, ese balón que empujamos 40 millones de españoles, momento en el  que el propio Iniesta reconoce que sintió y percibió el silencio.
   Informe Robinson nos permite conocer las dudas que surgieron en el grupo tras la primera derrota, la importancia de las palabras de Don Vicente del Bosque, o la labor de los veteranos que confiaban ciegamente en su fútbol en la ejecución más cercana a la perfección. 
  
En definitiva,este Informe Robinson nos acerca a las personas que hay detrás de cada uno de los futbolistas, con sus miedos, sus dudas, sus inseguridades, su amistad, y sobre todo de ese grupo unido capaz de sobreponerse a las derrotas, donde cada uno de los 23 asumía un papel importantísimo para engranar una máquina que no podía haber sido comandada mejor que por el gran Del Bosque.

MIREIA BELMONTE, SIRENA DE ORO


Nadie dudaba de su calidad, de su garra, si es que tal cualidad puede vislumbrarse en un animal acuático, pero la presa que para todo deportista ha de ser un título, parecía resistírsele.  Tras cuatro años siendo la gran aspirante a convertirse en la reina de la natación española, le han bastado 44 minutos para conseguir subirse a lo alto del podium, proclamándose doble campeona del mundo en Dubai.
Hablamos de Mereia Belmonte, que se ha coronado en los 200 mariposa con una remontada imposible, en los 50 metros finales, que dejan para el recuerdo un reflejo de lucha y técnicas perfectas  para no dejar de ver y una y otra vez. 
Sin apenas tiempo para recuperarse del esfuerzo y del sabor del oro, esta catalana de 20 años volvió a sumergirse en el agua, su hábitat natural para competir en su prueba favorita, los 400 metros estilos, donde conquistó el récord de Europa, fruto de una gran posta de braza que le permitió escalar puestos y posicionarse al frente de la piscina corta de Dubai. 
Cuatro zambullidas, dos finales, y dos oros que suponen el récord de los campeonatos del mundo de piscina corta  para esta nadadora imprevisible, harán que un día como hoy sólo pueda borrarse de su mente, cuando conquiste una ansiada medalla olímpica. Esta sirena de oro, aún no termina de creérselo

domingo, 28 de noviembre de 2010

La sombra del "Siete" es alargada



Hubo un tiempo en el que esta España, el madridismo y el fútbol en general, estuvo dividida en dos. Hubo un tiempo en el que en el Bernabeu convivían a veces en paz y otras no tanto, los raulistas y los antiraulistas, los pitos y los aplausos. Hubo un tiempo en el que la sola pronunciación del  7 evocaba unos valores, indisociables al nombre de Raúl González Blanco..
El eterno Siete ha firmado su primer hat trick en la Bundesliga. 3 goles al más propio estilo Raúl que le han permitido sacar el capote y torear una vez más a aquellos que no se cansan de verter sobre él la alargada sombra de la duda. El primero de ellos, tras el rechace de una falta que el portero del Wender Bremen le sirvió en bandeja para rematar al fondo de la red con su pierna derecha. Un gol muy suyo, para empujar, como dirían sus detractores. Ese tipo de goles que parecen de suerte, pero que ese porcentaje de fortuna hay que buscarlo, hay que tener ese sexto sentido para ver el fútbol y para estar en el momento adecuado y en el sitio adecuado. 
El segundo tanto, lo consiguió de otro rechace, sin dejar botar la bola, con un gran disparo. Pero finalmente llegó la delicatessen que faltaba para ganarse a ese público  minero de Shalke. El siete robó una bola en el borde del área, condujo hacia el interior del área y consiguió su tercer tanto del partido con una vaselina made in Raúl que tantas veces ha levantado al público del Bernabeú.
Un día que suele llenar de alegría a todos aquellos madridistas que siguen las andanzas del Siete en la distancia. Desde aquel soleado 27 de julio que nos dejaba un poco huérfanos de su presencia, de sus ganas, de su lucha, de su entrega, de su sentir el escudo como nadie, y de su ejemplo para propios y ajenos.
Se fue porque su gen competitivo, ese que tienen escasos deportistas, así se lo exigía. Necesitaba jugar, porque necesitaba seguir sintiéndose futbolista, y a veces el banquillo es demasiado castigo para aquellos por cuyas venas corre esencia de fútbol.
Las puertas de la que siempre fue su casa, la casa blanca siempre estarán abiertas. Mientras, la sombra del 7 seguirá siendo alargada en el Teatro de los sueños.

Maestro de Maestros

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 Mientras el mundo comienza su paralización para el Barça-Madrid, la tarde del domingo nos dejó el mejor aperitivo posible; otro gran clásico, pero esta vez del deporte de la raqueta. Roger Federer yRafa Nadal volvían a verse las caras en una final. Esta vez el escenario, el majestuoso O2 londinense, era perfecto para el partido por excelencia de nuestro tenis contemporáneo.
El manacorí inició el torneo con algunas dudas sobre su estado de forma, pero durante la semana elnúmero 1 del mundo fue de menos a más, buscando su mejor tenis, que llegó al apoteosis con la semifinal ante el británico Murray. Un partidazo donde Rafa volvió a resurgir de las cenizas como el Ave Fénix cuando peor se le iba poniendo el partido. El suizo por su parte, se presentaba a la  esperada final con su casillero intacto en sets encajados y una semana de competición sencillamente perfecta.
Y no pudo ser esta vez. Rafa Nadal disputaba su primera final en un torneo donde las condiciones no son las más favorables para la mejor ejecución de su juego y no pudo continuar la estela de Orestes y Alex Corretja como Maestro de maestros en el único gran torneo que le queda por conquistar. El español no fue la pesadilla habitual a la que tiene que enfrentarse el suizo. Esta vez su mente no pudo estar por encima y sobreponerse a sus piernas, y Rafa comenzaba el encuentro algo lento, mientrasFederer nos deleitaba con golpes técnicamente perfectos que le han hecho apuntarse el primer set con un claro 6-3.
Pero nada es imposible cuando es Nadal quien está en pista y aprovechando su mejoría de saque y dosificando los momento en los que le tocaba restar, ponía las tablas en el marcador y le devolvía al suizo el 6-3 inicial. Un choque de ejecución rápida, con un juego más directo del que suele ser habitual cuando estas dos bestias del tenis suelen enfrentarse, con escasos intercambios de esos golpes largos y espectaculares tan propios de este clásico.
El tercer y definitivo set comenzaba también igualado, pero Federer levantaba un 30-0 en el segundo saque de Nadal, que fue clave para situarse con un 3-1, tras elbreak, un marcador muy de cara para el número 2 del mundo y que parecía insalvable para un mermado Rafa. Su rostro y sus piernas nos hacían pensar que era difícil asistir a otra de esas grandes remontadas a las que nos tiene mal acostumbrados, algo que nos recordaba el suizo sumando el 4-1 y volviendo a cosechar un nuevo break que le acercaba al título. Nadal se dejaba llevar ante un vendaval imparable, sin muestras de que algo pudiera cambiar el curso del encuentro y Roger Federer volvía a ganar su saque y el partido con un definitivo 6-1.
Esta vez, el manacorí no pudo con el tenis de un Federer intratable, que se convierte en maestro por quinta vez y que se ha redimido en el último torneo de este año 2010, que tiene un nombre propio:Rafa Nadal.

domingo, 24 de octubre de 2010

Nadie dijo que fuera fácil... pero...¡Somos Campeones del Mundo!


  Cuatro magníficas y maravillosas palabras que desde siempre hemos pensado, añorando y ansiado, pero que jamás fuimos capaces de pronunciar. A día de hoy podemos decir con orgullo que ¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO! que durante los próximos cuatro años, el centro del fútbol será España, selección que se ha ganado el respeto y la admiración del mundo y que ya puede lucir con orgullo esa estrella dorada, sólo reservada a los más privilegiados, sobre nuestro escudo.

   Y nadie dijo que fuera fácil, y no lo fue. Pero una vez más este grupo irrepetible de jugadores venció a los incrédulos y alimentó la fe de los creyentes. Y es que este Mundial caprichoso comenzó con una derrota  ante Suiza para los pupilos de Del Bosque, tan inesperada como inmerecida que hizo sembrar las dudas sobre el nuevo sistema, sobre la titularidad conjunta de Busquets y de Xabi Alonso y en definitiva sobre las posibilidades reales de hacer frente a las potencias del fútbol mundial. El tropiezo obligaba a ganarlo todo para estar en octavos, y a no dar rienda suelta a los experimentos.

  Pero la selección volvió a demostrar que la vitola de favorita, esta vez no iba de farol. La finalización era una asignatura pendiente tras la primera derrota, y Villa se encargó de resolverlo en el partido frente a  Honduras que daba la tranquilidad necesaria para afrontar la primera final de Sudáfrica, el choque frente a Chile. El juego no fue todo lo brillante a lo que nos tenían acostumbrados, pero lo importante eran los 3 puntos y el pase a la siguiente fase. Villa aprovechó una mala salida del portero chileno Bravo y ponía el 1-0 en el marcador que minutos después, Iniesta se encargaría de incrementar con un excelente disparo ajustado al palo derecho. Los chilenos recortarían distancias en la segunda parte, pero no fue suficiente para superar a los españoles.

Los fantasmas parecían alejados y esperaba la Portugal de CR7 en octavos. La selección llevó la iniciativa del choque en todo momento sobre todo por banda izquierda, ante unos vecinos encerrados atrás. Apareció la paciencia y el toque que habíamos dejado atrás en la fase de grupos, y de nuevo Villa sentenció el encuentro. Estábamos en cuartos, con un sereno Del Bosque que sabía dotar al equipo de lo que necesitaba en cada momento. Llorente fue un acierto para aguantar la bola y oxigenar el ataque español en la última fase del encuentro.   

    Paraguay nos separaba de hacer historia  y estar entre las cuatro mejores selecciones de un Mundial en el que las grandes habían hecho las maletas antes de tiempo. A pesar de todo, entre la prensa y la afición sonaba un cierto run rún amarillista de dudas sobre ciertos jugadores algo desaparecidos en el torneo. Y sí, fue él, quien apareció cuando tenía que aparecer y hablar donde tenía que hablar.  San Iker detuvo un penalti que hubiera puesto cuesta arriba la eliminatoria, que de nuevo Villa con cierta incertidumbre, sentenciaba. De nuevo un resultado corto que nos llevaba a la semifinales.

   Alemania nos separaba de jugar la primera final de un Mundial. Las dos mejores selecciones del Mundial, por juego, brillo y espectáculo disputaron una final anticipada, con el fantasma de la última Eurocopa por la mente de los alemanes. España ofreció su mejor versión, con un recital de fútbol que no se materializaba en goles. Pero de nuevo acertó el seleccionador con sus cambios, y sorprendió con  un magnífico Pedro que entraba por el cuestionado Torres. Y aunque se hizo esperar, Tiburón Puyol voló por encima de las torres alemanas para cabecear un balón que valía una final, una final del Campeonato del Mundo...

    Sólo Holanda nos separaba de la corona, pero a esta generación de futbolistas, acostumbrados a la presión, a jugar finales y a ganarlas, no se les podía escapar ese sabor dorado, ese sueño al que aspiran todos, y del que muy pocos pueden presumir. Y como en el resto de partidos, tocaba sufrir, y ponerse la armadura, ante unos holandeses que plantearon una batalla en el sentido más literal de la palabra, y que sorprendentemente De Jong, uno de los jugadores más sucios de la historia, siguiera sobre el terreno de juego tras una entrada brutal a Xabi Alonso en el pecho.  Pero Casillas volvió a aparecer para frenar dos galopadas de un gran Robben, Xavi a ser la brújula sobre la que gira la selección, Busquets un salvavidas y Ramos el corazón de la roja que firmaba un excelente mundial. Pero no fue suficiente para dejar de sufrir, y tuvimos que esperar a la prórroga, hasta que la historia cambió en el minuto 116 que quedará grabado en la retina de 3 generaciones distintas, de aquellos que han nacido viendo los éxitos de la roja, y de aquellos que podrán morirse tranquilos.

   Fábregas, otro de los cuestionados, asistía al gran Andrés Iniesta para que éste batiera a Stekelenburg en una ejecución perfecta tras dejar botar el balón. Fue en ese momento cuando me lo creí, cuando rompí a llorar cuando Iker en la soledad de su área, se sabía campeón del mundo.

Fue entonces, cuando todo un país unido, salió a la calle luciendo bandera y orgullo. Fue entonces, cuando nos coronamos como campeones del mundo de fútbol, de humildad, de valor, de sencillez, de solidaridad, de trabajo, en definitiva, fue el triunfo del equipo, del grupo unido.
Fue entonces, el triunfo de los valores.


miércoles, 16 de junio de 2010

...razones para soñar...



Después del debut del resto de grupos y de selecciones candidatas a la Copa del Mundo, hoy llega el plato fuerte, después de unos cuantos aperitivos algo insípidos. Ha habido algunas pinceladas sabrosas, pocas, pero Messi, Ozil, Sneijder, Maicon o Robinho nos han dejado destellos de fútbol que ha brillado por su ausencia en esta semana de Campeonato y las insoportables vuvuzelas de protagonistas.

Pero hoy llega el debut de nuestra Selección, con las miradas de todo el mundo dirigidas a los de Vicente del Bosque. Hay mucha expectación y quizás un exceso de optimismo, pero la realidad es la que es. España tan sólo ha perdido un partido en el último año, y lo más importante tiene toda una generación de futbolistas que son la envidia del resto de selecciones, y jugadores a los que se rifan en las grandes ligas europeas. Pero a parte de las impresionantes individualidades, y un banquillo que sería titular en la mayor parte de selecciones de este mundial..España es un equipo que juega al fútbol, y que divierte y enamora a partes iguales con él. Y dado los tiempos que corren es de agradecer.

Por eso hay razones para soñar. Porque Xavi fue el mejor futbolista de la Eurocopa y de la pasada Champions, y tiene una visión de juego única y privilegiada, porque Villa fue el máximo goleador y es un killer del área, porque Iker, aunque no haya sido esta la mejor temporada a la que nos tiene acostumbrados, es el mejor portero del mundo. Porque les acompañan el coraje, la garra y la seguridad de Piqué, Puyol y Ramos; y el desborde, la alegría y la velocidad de Silva, Navas, Pedro y Mata. Porque Busquets es un cerrojo para las subidas y desplazamientos en largo de Xabi Alonso y porque la magia de Iniesta (aunque sea duda hoy) siempre ofrece algo diferentes y porque el Niño Torres ya nos dio la Eurocopa. Y porque el resto de rivales hacia el título, con más galones, más mundiales y más experiencia no han convencido excesivamente en juego o resultados. Pero como dice el seleccionador suizo Hitfeld, esta selección no se repite en un siglo.

Aunque un Mundial sea otra cosa más seria, y que en una eliminatoria te puedes ir a casa en cualquier momento; porque el balón no quiere entrar como el día de Estados Unidos, o porque un árbitro innombrable te rompe los esquemas....hay razones para soñar, con que el 11 de julio podemos ser campeones. De momento, a pensar en Suiza, y después ya veremos.

lunes, 14 de junio de 2010

...Y DIOS BAJÓ DEL CIELO


Se mascaba la tragedia en el deporte rey, y no es para menos con sólo imaginar un Mundial sin las grandes Selecciones y sin sus estrellas, porque sería un crimen para el fútbol y para la rentabilidad del espectáculo en Sudáfrica.
Pero en esa tesitura se encontraba la albiceleste de un Dios, Maradona y de su discípulo Messi, que llevaban ya un tiempo codeándose con los terrestres, quizás antes desde aquel bochornoso 6-1 frente a Bolivia, que provocó que ambos estuvieran en el epicentro de la crítica unánime de la prensa argentina, en un país donde el fútbol es una religión, y donde la fe iba perdiéndose a pasos agigantados.
Y ese raudal de críticas no era injustificado, si tenemos en cuenta que la albiceleste estuvo entre el cielo y el infierno, hasta el último choque de la fase clasificatoria, con 6 derrotas y 4 empates en las estadísticas.
Y los discípulos de ese Dios, que aquella tarde noche bajó del cielo para volar como “Pelusa” y deslizarse sobre el legendario césped del estadio de Montevideo, apelaron a la casta y a los sentimientos para lograr el pase al Mundial, pero ni por esas. Hasta que a falta de siete minutos, Bolatti que había sustituido a Higuaín, selló el triunfo ante la Selección Uruguaya, la victoria de las victorias y la clasificación de todas las clasificaciones.

Sonó el pitido del árbitro que por un lado marcaba el final del partido, pero por otro hacía presagiar el principio del show, la guinda de la celebración, como sustitución del verdadero espectáculo que debería haberse producido en el terreno de juego, durante uno de los partidos más horrorosos que nuestras mentes puedan recordar.
Y allí estaba él, ese Dios caído del cielo, para saltar, gritar, enloquecer y fundirse entre lágrimas, en un abrazo con el secretario técnico Bilardo para acallar esas voces que hablaban de una mala relación, y en ese momento se produjo el éxtasis maradoniano, al grito desafiante de: “que la chupen, y la sigan chupando”, en una respuesta contundente ante los periodistas que acercaban sus micros para recoger las primeras palabras tras haber conseguido la clasificación. Como un animal herido que renace de sus cenizas, y se sabe victorioso, o como esa sombra deambulante de aquel “10” que fue y que dio paso al personaje que nunca supo manejar en su cabeza el talento que derrochaban sus botas.

Sus insultos, reproches y gestos barriobajeros nos hicieron olvidar por momentos quien era aquel personaje, o al menos cuestionarnos si podría ser esa misma persona, que lo fue todo dentro del campo. Pero tras la euforia y el éxtasis propios de un corazón descontrolado, el seleccionador argentino se reafirmó en sus palabras en una rueda de prensa en la misma tesitura, porque no es fácil saber perder, y mucho menos saber ganar, y este Maradona no ha sabido encajar ninguna de las dos partes ineludibles del juego. Pero quizás me parece aún más preocupante esa piña de jugadores, que en su celebración se acordaban, continuando al ritmo maradoniano, de la madre de aquellos periodistas que se habían limitado a mostrar la verdadera situación de la albiceleste.
Y es que no sabemos bien si Argentina colocó un entrenador como seleccionador o un icono del pasado tan idolatrado, amado y venerado por unos, como odiado y vilipendiado por otros con el paso del tiempo. Porque es indiscutible que forma parte de ese Olimpo de los dioses del fútbol en los terrenos de juego, pero nunca ha conseguido que esa faceta fuera extensible a su vida.

Ahora, tras una imagen lamentable de juego y extra deportiva, ese cúmulo de malos resultados, la falta de liderazgo, la mala gestión de un grupo con más de 80 jugadores convocados, la indisciplina y toda esa escalada de críticas que no ha sabido encajar, debe decidir si continúa al frente de la bicampeona del mundo hasta Sudáfrica.

Quizás por el bien del fútbol y del espectáculo propio, y por respeto a una Selección con tanta historia a sus espaldas, la albiceleste debería buscar un nuevo capitán, un líder verdadero, que no se convierta en la vergüenza de todo un país al que representa...y quizás también por el propio bien de Maradona, porque sigamos haciendo ese terrible esfuerzo por recordarlo por quien fue, por ese inolvidable jugador...antes de que ese Dios..siga cayendo más abajo.