domingo, 28 de noviembre de 2010

La sombra del "Siete" es alargada



Hubo un tiempo en el que esta España, el madridismo y el fútbol en general, estuvo dividida en dos. Hubo un tiempo en el que en el Bernabeu convivían a veces en paz y otras no tanto, los raulistas y los antiraulistas, los pitos y los aplausos. Hubo un tiempo en el que la sola pronunciación del  7 evocaba unos valores, indisociables al nombre de Raúl González Blanco..
El eterno Siete ha firmado su primer hat trick en la Bundesliga. 3 goles al más propio estilo Raúl que le han permitido sacar el capote y torear una vez más a aquellos que no se cansan de verter sobre él la alargada sombra de la duda. El primero de ellos, tras el rechace de una falta que el portero del Wender Bremen le sirvió en bandeja para rematar al fondo de la red con su pierna derecha. Un gol muy suyo, para empujar, como dirían sus detractores. Ese tipo de goles que parecen de suerte, pero que ese porcentaje de fortuna hay que buscarlo, hay que tener ese sexto sentido para ver el fútbol y para estar en el momento adecuado y en el sitio adecuado. 
El segundo tanto, lo consiguió de otro rechace, sin dejar botar la bola, con un gran disparo. Pero finalmente llegó la delicatessen que faltaba para ganarse a ese público  minero de Shalke. El siete robó una bola en el borde del área, condujo hacia el interior del área y consiguió su tercer tanto del partido con una vaselina made in Raúl que tantas veces ha levantado al público del Bernabeú.
Un día que suele llenar de alegría a todos aquellos madridistas que siguen las andanzas del Siete en la distancia. Desde aquel soleado 27 de julio que nos dejaba un poco huérfanos de su presencia, de sus ganas, de su lucha, de su entrega, de su sentir el escudo como nadie, y de su ejemplo para propios y ajenos.
Se fue porque su gen competitivo, ese que tienen escasos deportistas, así se lo exigía. Necesitaba jugar, porque necesitaba seguir sintiéndose futbolista, y a veces el banquillo es demasiado castigo para aquellos por cuyas venas corre esencia de fútbol.
Las puertas de la que siempre fue su casa, la casa blanca siempre estarán abiertas. Mientras, la sombra del 7 seguirá siendo alargada en el Teatro de los sueños.

Maestro de Maestros

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 Mientras el mundo comienza su paralización para el Barça-Madrid, la tarde del domingo nos dejó el mejor aperitivo posible; otro gran clásico, pero esta vez del deporte de la raqueta. Roger Federer yRafa Nadal volvían a verse las caras en una final. Esta vez el escenario, el majestuoso O2 londinense, era perfecto para el partido por excelencia de nuestro tenis contemporáneo.
El manacorí inició el torneo con algunas dudas sobre su estado de forma, pero durante la semana elnúmero 1 del mundo fue de menos a más, buscando su mejor tenis, que llegó al apoteosis con la semifinal ante el británico Murray. Un partidazo donde Rafa volvió a resurgir de las cenizas como el Ave Fénix cuando peor se le iba poniendo el partido. El suizo por su parte, se presentaba a la  esperada final con su casillero intacto en sets encajados y una semana de competición sencillamente perfecta.
Y no pudo ser esta vez. Rafa Nadal disputaba su primera final en un torneo donde las condiciones no son las más favorables para la mejor ejecución de su juego y no pudo continuar la estela de Orestes y Alex Corretja como Maestro de maestros en el único gran torneo que le queda por conquistar. El español no fue la pesadilla habitual a la que tiene que enfrentarse el suizo. Esta vez su mente no pudo estar por encima y sobreponerse a sus piernas, y Rafa comenzaba el encuentro algo lento, mientrasFederer nos deleitaba con golpes técnicamente perfectos que le han hecho apuntarse el primer set con un claro 6-3.
Pero nada es imposible cuando es Nadal quien está en pista y aprovechando su mejoría de saque y dosificando los momento en los que le tocaba restar, ponía las tablas en el marcador y le devolvía al suizo el 6-3 inicial. Un choque de ejecución rápida, con un juego más directo del que suele ser habitual cuando estas dos bestias del tenis suelen enfrentarse, con escasos intercambios de esos golpes largos y espectaculares tan propios de este clásico.
El tercer y definitivo set comenzaba también igualado, pero Federer levantaba un 30-0 en el segundo saque de Nadal, que fue clave para situarse con un 3-1, tras elbreak, un marcador muy de cara para el número 2 del mundo y que parecía insalvable para un mermado Rafa. Su rostro y sus piernas nos hacían pensar que era difícil asistir a otra de esas grandes remontadas a las que nos tiene mal acostumbrados, algo que nos recordaba el suizo sumando el 4-1 y volviendo a cosechar un nuevo break que le acercaba al título. Nadal se dejaba llevar ante un vendaval imparable, sin muestras de que algo pudiera cambiar el curso del encuentro y Roger Federer volvía a ganar su saque y el partido con un definitivo 6-1.
Esta vez, el manacorí no pudo con el tenis de un Federer intratable, que se convierte en maestro por quinta vez y que se ha redimido en el último torneo de este año 2010, que tiene un nombre propio:Rafa Nadal.